Un corto circuito en un transformador es lo que, presuntamente, generó el incendio en la zona de Cajas de la Central de Abasto, durante más de 20 horas los bomberos de Toluca y otros municipios trabajaron para liquidar lo que en cuestión de minutos desapareció por el fuego: Más de 50 negocios fueron devorados por las llamas.
El siniestro ocurrió a unos metros de la Nave K, donde el 10 de julio de este año fueron asesinadas e incineradas nueve personas, por lo que las llamas desgarraron una herida que supura humo y miedo en la central de Abasto de Toluca.
Si bien en esta ocasión las investigaciones apuntan a que el incendio fue generado por un cortocircuito, el temor es visible en la zona afectada.
José Carmen Sánchez Solano, subdirector Operativo Bomberos Toluca, cansado por las maniobras, pues antes de llegar a combatir el incendio en la Central de Abasto atendió dos accidentes y el derrame de gasolina luego de que una pipa chocara contra el tren, reconoció que fue una labor titánica porque el siniestro abarcó una hectárea.
“Tuvimos que solicitar el apoyo a diferentes municipios vecinos del Valle de Toluca, agradecer también a nuestros compañeros bomberos de Lerma, Metepec, San Mateo Atenco, Huixquilucan, Naucalpan, a los compañeros de Toluca, a la Coordinación de Protección Civil del Estado”.
Zona de devastación
Para quienes las horas fueron eternas, los afectados, la realidad les pegó de golpe con las llamas, pero se hizo más cruda con las cenizas. El trabajo de toda una vida se perdió en minutos.
Una de ellas es Jessica Domínguez Pablo, su papá fue el primero en vender cajas en La Central de Abasto, ella incluso vivió en la zona de niña, un área que con el tiempo fue una nave y ahora, sólo escombro.
“Todo fue muy rápido, fue en cuestión de segundos que esto se calcinó. Recuerdo lo que pasó los días atrás acá adentro, pues yo pasaba, veía y decía ‘pues pobres, ¿no?’, los que murieron quemados, es algo inconsolable y ahorita lo estamos pasando nosotros que, qué bueno que no hubo una pérdida humana ¿no? De lo material, pues, Diosito nos va a dar la fortaleza para salir adelante de ésta”.
Pérdidas incuantificables por el incendio en la Central
Las estimaciones previas señalan que el trabajo de 30 años de decenas de familia quedó incinerado en una hectárea que albergaba siete naves. Las afectaciones económicas aún no se han revelado, fueron miles de cajas de madera y plástico, así como cartón, lo que se quemó, además de que se vino abajo el domo de las naves.
Durante 20 horas, los tragahumo trabajaron pese al cansancio y la inhalación de humo para liquidar las llamas. Trabajaron sin descanso para evitar que el fuego siguiera alimentándose.
Al fondo, lejos del peligro, las personas afectadas, locatarios, trabajadores y sus familias, sólo podían contemplar lo que el fuego les arrebató.
“Mi papá tenía este negocio y ayer que lo vimos que quedaba en cenizas, pues algo que, no tengo palabras para expresar lo que se siente en este momento de decir, todo ese esfuerzo, todo ese trabajo de mi papá, año con año, día con día, pasar hambres, fríos, se perdió”.
“No fue provocado”
Los afectados descartaron que se tratara de un incendio provocado, los testigos del cortocircuito fueron varios, aseguran, además de que negaron haber recibido amenazas previas.
Será la Fiscalía General de Justicia del Estado de México la encargada de determinar exactamente que causó que el fuego devorara el patrimonio de familias enteras, su sustento y la promesa de un negocio en crecimiento.
Ahora sólo piden a los marchantes que no dejen de comprar en la Central de Abasto de Toluca tras el incendio, pues -señalan- necesitan el apoyo de sus clientes para poder superar la tragedia que significa perderlo todo por el fuego.