Texto: Ximena García
Fotos: Ramsés Mercado
La devoción y las mandas llevan a algunos a ir de rodillas, todos llevan una ofrenda, le echan porras. En las calles de la colonia Nueva Oxtotitlán de Toluca, La Santa Muerte se ve y se siente.
En medio de flores, música, humo y fe, La Niña Blanca fue festejada en la capital mexiquense a lo largo de casi 29 horas en el templo más antiguo del Edomex erigido en su honor.
Luis Roberto Izquierdo Franco, fundador del Altar Mayor Toluca, no sabe con exactitud qué día se le presentó La Santa, pero sí que ha estado con él toda su vida, por ello decidió crear un lugar donde acompañar espiritualmente a los devotos.
“Nosotros somos espiritualidades, espiritualidad quiere decir fe y fe es devoción a la Santa Muerte, claro, habrá otras devociones, pero en este caso nosotros tenemos la fe bien cimentada sobre Ella, es un ángel de Dios, es una mensajera de Dios de la cual creó, formó, dio paso y se siente hasta esta existencia, sin la muerte no hay vida y sin la vida no hay muerte”.
Los festejos para la Niña Blanca
Desde el 31 de octubre, comienzan los festejos de una fe que suma cada día más adeptos. Lo hacen con la velación de una imagen que mide un metro con 75 centímetros. La cubren porque así se vela, para después, en los primeros minutos del 1 de noviembre, vestirla como reina y cantarle las mañanitas.
“Es su cumpleaños 1 y 2 de noviembre, la recibimos con las Mañanitas como dándole la bienvenida para todos nosotros que seguimos y somos fieles veneradores de la Santískma Muerte”.
Desde hace casi 40 años, la fe en la capital mexiquense se ha ido en aumento, por ello, con una procesión, muestran su devoción en la Nueva Oxtotitlán. Son cientos de personas quienes con imágenes y ofrendas se suman y gritan: Es un honor estar con La Niña”.
Un templo de fe en Toluca
En la esquina de Lago Titicaca y Laguna de las Flores está el primer santuario que se construyó en el Estado de México para la también conocida como Niña Blanca.
Ahí, se le venera, se le agradece o se le pide. Entre las súplicas más socorridas están la salud y el dinero.
Los devotos llegan a entregar su ofrenda, a veces cigarros, alcohol, dulces, veladoras, a veces solo amor o dinero; tocan la imagen de La Niña Blanca, le rezan, le cantan.
Conforme pasa la gente, se van llenando de dulces las imágenes que los fieles llevan. También les van dejando cigarros encendidos, el humo, aseguran, le gusta.
Las mandas, el amor y la fe
Enyel Aglaed es una de las devotas de la Santa Muerte, reconoció que se trata de una fe que profesa desde hace muchos años, pues la conoció en sueños y decidió investigar sobre ella.
“A ella le encomiendo mi fe, mi devoción, en los momentos más difíciles, en los más fáciles, cuando yo necesito de ella o no, siempre yo para ella y mi lema es ‘Yo contigo y tú conmigo, Santísima Muerte’”.
Con una imagen de más de 50 centímetros, negra en su totalidad, la joven dedica tres días a festejar a la Niña Blanca, le canta, le ofrece y le repite cuánto la ama.
“Desde mi punto de vista no está peleado con Dios porque te puedo decir que desde los años que soy devota de ella, pues antes de invocarla a ella, pedimos permiso a Dios nuestro Señor, nos persignamos, rezamos el Padre Nuestro, el Ave María”.
Santa Muerte no es sólo para delincuentes
A pesar de que la Iglesia Católica no aprueba su adoración, el primer día de cada mes se ofrece una misa en su honor, ésta es prácticamente igual a cualquier otra festividad de esta religión: Ave María, Credo, Padre Nuestro y los nueve misterios.
Para muchos, el 1 de noviembre es el día más adecuado para venerar a la Flaquita, para otros, todos los días son buenos.
Sus devotos no son homogéneos y cada quien la venera desde lo que tiene en el alma.
Es por ello que en el Templo Mayor Toluca, la Santa Muerte se siente, ahí le rezan y lloran, le piden, le adoran y festejan cada año.