Mario Marín, exgobernador de Puebla, abandonó la noche del martes el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1 «El Altiplano«, tras una decisión judicial que le permitió enfrentar en libertad los cargos de tortura y protección de redes de trata. La jueza que lleva el caso determinó que no había elementos suficientes para mantenerlo en prisión preventiva, lo que ha generado una fuerte polémica en el país.
Las autoridades detuvieron a Marín, conocido como «El Gober Precioso», en 2021 por su presunta participación en la tortura y secuestro de la periodista Lydia Cacho, hechos ocurridos en 2005. Cacho había denunciado una red de pederastia en su libro «Los demonios del Edén», implicando a empresarios y políticos de alto nivel. La periodista acusó a Marín de haberla torturado y detenido ilegalmente en represalia por sus investigaciones.
Mario Marín enfrenta el proceso en libertad
La jueza impuso una serie de medidas cautelares para que Mario Marín pudiera enfrentar el proceso en libertad. Entre estas medidas se incluyen el pago de una fianza de 100 mil pesos, la colocación de un brazalete electrónico, y la prohibición de salir del país. El brazalete será monitoreado por la Unidad de Vigilancia y Supervisión de Medidas Cautelares, la cual se encargará de asegurar que Marín cumpla con las restricciones impuestas.
Mario Marín llegó a su domicilio en la ciudad de Puebla aproximadamente a las 04:00 horas del miércoles, escoltado por elementos de la Guardia Nacional. La salida del exgobernador del penal ha provocado un amplio debate en la opinión pública sobre la aplicación de la justicia en casos de alto perfil, como el suyo.
El caso de Mario Marín continúa siendo un tema de gran atención en México, especialmente por las implicaciones que tiene en la lucha contra la impunidad y la protección de los derechos humanos. Organizaciones civiles y colectivos han expresado su preocupación por la liberación del exgobernador, argumentando que los cargos en su contra son demasiado graves para que enfrente el proceso fuera de prisión.
La decisión de la jueza de liberar a Mario Marín también ha suscitado dudas sobre la efectividad del sistema judicial mexicano en casos de tortura y abuso de poder. Los próximos pasos en el proceso legal serán observados de cerca, ya que el resultado podría sentar un precedente importante en la justicia mexicana.
Mario Marín deberá seguir las medidas cautelares mientras se desarrolla el proceso judicial en su contra. La sociedad mexicana y la comunidad internacional seguirán de cerca el caso, esperando que se haga justicia en uno de los casos más polémicos de los últimos años.