El río que serpentea entre las colonias Juárez y Rincón de López, en Tejupilco, despertó con furia el jueves por la noche, desbordándose y arrasando con todo a su paso. Las casas, que parecían formar parte natural del paisaje, no soportaron la fuerza del agua que reclamaba su antiguo cauce.
La tormenta que azotó la región dejó un rastro de devastación, especialmente en aquellas viviendas construidas de manera irregular, al filo del río, sin respetar la naturaleza.
Hace 40 años, las primeras familias llegaron al lugar y comenzaron a edificar, sin imaginar que, con el tiempo, el río les recordaría su presencia.
“Nunca habíamos vivido una emergencia como ésta”, relata Mariela, una vecina que ha visto cómo la calle que ella y otros residentes construyeron con tanto esfuerzo, ahora es escenario de tragedia.
Viviendas irregulares, el problema en Tejupilco
El alcalde Rigoberto López reconoció que el crecimiento desordenado y la invasión del derecho de vía de los arroyos han sido los principales factores que agravaron la situación.
“Las construcciones irregulares no respetan el cauce natural, y tarde o temprano, el río recupera su camino», afirmó.
Las consecuencias del desbordamiento han sido devastadoras: 400 casas afectadas, 23 autos y motocicletas.
Las familias no solo perdieron sus pertenencias, sino que estuvieron al borde de la tragedia, sepultadas bajo el lodo y los escombros que arrastró el río.
“Nos quedamos atrapados, no podíamos salir, solo subimos las escaleras para intentar salvar algo”, cuenta Dairani, vecina de la manzana 032, mientras observa cómo retroexcavadoras y palas intentan limpiar el barro que cubre lo que alguna vez fue su hogar.
Combaten lodo con solidaridad
El Ejército Mexicano y la Guardia Nacional implementaron el Plan DN-III para rescatar a las personas atrapadas y ayudar en la limpieza de las calles, pero la magnitud de la tragedia es tal que el trabajo es lento y doloroso.
Las colonias Benito Juárez y Rincón de López son ahora un campo de batalla contra el lodo y la desesperanza. El sonido de las palas y las retroexcavadoras se mezcla con el llanto de quienes lo han perdido todo.
«Perdí casi 100 mil pesos en pertenencias», dice un vecino mientras observa cómo el río se llevó sus ahorros, sus recuerdos y su tranquilidad. La lluvia ha cesado, pero el temor persiste; el pronóstico es incierto y las familias afectadas temen que una nueva tormenta vuelva a desatar el caos.
Mientras el balance de daños continúa, con al menos dos viviendas reportadas con daño estructural, los afectados tratan de reponerse y limpiar la tristeza que dejó la tormenta. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro pesa más que el lodo que cubre sus pertenencias.
Con un mes más de temporada de lluvias por delante, los habitantes de la Juárez y Rincón de López en Tejupilco, saben que aún no pueden respirar tranquilos. La naturaleza ha reclamado su espacio y las secuelas de esta tragedia serán difíciles de borrar.