El incendio en Lerma, que afecta la zona alta de las comunidades de Analco y Atarasquillo, continúa activo por quinto día consecutivo. Hasta el momento, los pobladores enfrentan las llamas sin respaldo institucional. Equipados únicamente con herramientas básicas, como palas, picos y asadones, suben a pie hasta los frentes de fuego más cercanos, ya que las unidades oficiales no han ingresado a la zona.

Incendio en Lerma avanza sin control en múltiples puntos
De acuerdo con los testimonios recabados en campo, el incendio en Lerma ha alcanzado al menos seis puntos distintos del bosque.

En los recorridos comunitarios, los vecinos encontraron garrafones, encendedores y restos de maquinaria, lo que refuerza la hipótesis de que el fuego fue provocado. Además, el domingo pasado, habitantes reportaron la presencia de dos personas con bidones y perros en las inmediaciones del incendio.
El trayecto hasta la zona afectada toma más de 40 minutos caminando en pendiente. Una vez en el lugar, las faenas se extienden entre cuatro y cinco horas. Posteriormente, los brigadistas descienden por caminos erosionados, sin señalización ni puntos de hidratación. A pesar del riesgo, no hay presencia de Protección Civil, Guardia Nacional ni bomberos en el área.
Vecinos piden apoyo y vigilancia permanente
Aunque las autoridades han respondido en otras regiones como Salazar, en el caso de Analco y Atarasquillo no se ha desplegado personal para contener el siniestro. De acuerdo con los habitantes, ya solicitaron vigilancia en los accesos y recorridos preventivos, pero no han recibido respuesta.
En una reunión reciente con Probosque, Profepa y Semarnat, las dependencias argumentaron que, al tratarse de terreno ejidal, no tienen competencia directa para intervenir.
Por otro lado, las autoridades se comprometieron a entregar información sobre los permisos de uso del suelo. Sin embargo, hasta la fecha no han proporcionado documentación a las comunidades. Esta omisión ha generado inquietud, ya que el incendio en Lerma ocurre en un contexto donde existen antecedentes de conflictos por presunta tala ilegal y cambio de uso de suelo.
Organizaciones vecinales se articulan
Ante la falta de respuesta institucional, los propios habitantes comenzaron a organizarse. A través de un colectivo en formación, recolectan víveres, herramientas y protección básica. Todo lo que utilizan ha sido donado por vecinos y voluntarios.
Hasta ahora, no hay presencia médica ni ambulancias en la zona, a pesar de que ya se han registrado quemaduras y lesiones entre quienes suben a combatir el fuego.
“No hemos recibido apoyo del municipio ni del estado. Todo lo que hay aquí lo ha reunido la comunidad”, expresaron brigadistas locales.
Las imágenes y videos que circulan en redes sociales han servido como registro y también como llamado para convocar a más voluntarios.
Alertan por el impacto ambiental
Además del incendio en Lerma, este martes Probosque reportó otros siniestros activos en Joquicingo, Chalco, Amecameca y Ocuilan. En promedio, se registran entre cuatro y cinco incendios forestales por día en el Estado de México, lo que mantiene bajo presión a las comunidades rurales.
Los habitantes de Analco y Atarasquillo reiteraron el llamado a patrullar la zona y a contener los focos activos. También exigieron transparencia en el manejo del territorio y advirtieron que el abandono institucional podría facilitar proyectos de urbanización en áreas forestales protegidas.