Hace cinco años y tres meses, Norma Dianey salió de su hogar en Chimalhuacán, Edomex. Se dirigió a trabajar a la Ciudad de México, tuvo una jornada normal, pero en el regreso, en algún punto del trayecto en el municipio de Nezahualcóyotl, desapareció.
Es por ello que este viernes su madre, María de Lourdes, acudió a las instalaciones centrales de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, pues el caso sigue impune.
Esto aunque dos sujetos fueron procesados y admitieron haber abusado sexualmente de ella, además de mutilarla y asesinarla, dejando el cuerpo cerca de Teotihuacán, no ha sido hallada.
“No hay noticias, no la han encontrado y, desde la última vez de la carpeta que se quedó que las dos personas que estaban detenidas una murió y a la otra la dejaron en libertad, pues así se ha quedado, desgraciadamente la fiscalía de Secuestros no ha hecho nada, tengo dos demandas por secuestro y desaparecidos, en desaparecidos me han apoyado en búsquedas”.
«Norma Dianey vive»
Actualmente, existe una recompensa de 300 mil pesos para quien de datos sobre el paradero de Norma Dianey, pero las repuestas no llegan. Por eso, para su madre, mientras no le entreguen el cuerpo, su hija vive y la seguirá buscando.
“Ella está viva, a mí no me quitaron la voz, yo soy su voz”, señaló Lourdes mientras sostenía el cartel de recompensa con fuerzas para no quebrarse, porque sabe que si bien no puede evitar llorar, necesita ser fuerte “para encontrarla”.
Explicó que Dianey tendría 29 años y que soñaba con irse a vivir a Pachuca, Hidalgo, por lo que había comenzado a buscar su cambio en la empresa en la que trabajaba y quería tramitar un crédito Infonavit.
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Una noche antes de desaparecer, Dianey tomó una cerveza, se fumó un cigarro y le dijo a su madre que se iban a ir lejos… Lourdes jamás imaginó que esa sería su última conversación, el último recuerdo que tatuaría a su memoria y que después, el rostro de su hija de 24 años adornaría su brazo izquierdo.
“Sólo pido que me reciban, todo lo he hecho yo, todo. Yo conseguí por mis medios las sábanas de llamadas, yo la salí a buscar cuando ellos se tardaron dos días, sólo quiero saber qué le pasó a su hija”.
Lourdes asegura que no va a descansar hasta que encuentre a Norma Dianey y que hoy su lucha es la de todas las madres que buscan, la de todas las que lloran a sus hijos porque en México, el verdadero infierno comienza cuando alguien desaparece.