Con cajitas de quimioterapia, pero llenas de superpoderes, los pacientes del hospital 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) luchan contra el cáncer infantil.
Uno de ellos es Alexis, canta y ríe mientras recibe los poderes de Batman porque, asegura, lo van a curar y lo ayudarán a convertirse en un guerrero.
“Lo que más me gusta es Batman porque vuela porque es muy inteligente y eso quiero, esos superpoderes quiero”.
A Alexis hace dos años la vida le cambió, comenzó a perder la visión y su mamá se dio cuenta por la calidad de sus tareas; sin embargo, en diciembre del año pasado le dijeron que se trata de un tumor maligno, por lo que ahora recibe, a través de la quimioterapia, los poderes de diversos superhéroes.
“De repente empezó a hacer la letra fea y ya la hacía bonita, un día ya no me reconoció cuando fui por él a la escuela. Fuimos con el oftalmólogo y me dijeron que era algo de su visión, pero no mejoraba. Una doctora, la doctora Denise fue quien lo canalizó, ella le encontró lo que estaba mal, era un tumor en el nervio óptico”, comentó la madre del menor.
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Aunque de inicio los médicos pensaron que era benigno, la biopsia confirmó el diagnóstico más temido: Es cancerígeno.
Por ello llegaron a recibir atención médica al hospital 251 del IMSS, en donde se puso a prueba un programa para mejorar la actitud de los pacientes pediátricos durante los tratamientos con quimioterapia.
Al respecto, Denise Malvaez, oncóloga pediatra de este hospital, señaló que las cajitas de quimioterapia con los logos de los superhéroes han incidido positivamente en los pequeños que luchan contra el cáncer infantil.
“Es como si, en lugar de medicamentos, les pasáramos súper poderes, ya sea de Spiderman, de Hulk, de acuerdo al superhéroe que al niño le guste más y esto los motiva. Quieren que su cajita sea verde como y eso le ayuda a tolerar mucho su estancia hospitalaria”.
Las cajitas de quimioterapia son una motivación
Valeria es otra de las pacientes del área de OncoCREAN, que son los Centros de Referencia Estatal de Atención Pediátrica del IMSS. Ella llegó por un osteosarcoma (tumor cancerígeno en los huesos); lo tenía en la pierna izquierda.
Para ella, las cajitas de quimioterapia se han convertido en una herramienta para ella y sus compañeros de batalla.
“Está bien porque, sabiendo que te van a meter un súper poder, por así decirlo, pues puede disminuir la ansiedad o el miedo que el medicamento puede transmitir a los niños sabiendo que es algo nuevo”.
Este nuevo programa de área de OncoCREAN tiene la misión de aliviar la carga emocional que el tratamiento puede generar en los infantes.
«Se tienen aproximadamente 50 cajitas pero sólo tenemos para 12 camitas y ellos eligen cuál cajita de los superpoderes quieren, ellos eligieron qué cajita y ya se les coloca la cajita, adentro se le pone la quimioterapia, se cierra la cajita y ya”.
Actualmente, en el hospital 251 del IMSS se atienden 42 menores con cáncer, por ello pidieron q los niños alertar a los papás si se sienten raros, si tienen dolor de cabeza nocturno como vómito, pérdidas de las habilidades, inflamaciones anormales, fiebre, sangrados. La importancia es levantar la voz.
Alertan por cáncer de testículo
Uno de los tipos de cáncer que han incrementado en incidencia entre los menores es el de testículo, por lo que se hizo un llamado a la exploración y que los padres de familia estén atentos a los cambios físicos.
En el Estado de México se estima que uno de cada 263 hombres desarrolla cáncer testicular, principalmente en la mediana edad; aunque se ha detectado que 7% de los casos ocurre en niños y adolescentes.
“Los adolescentes son los que llegan en estadios más avanzados porque la confianza que los papás le deben de dar al adolescente para decir ‘papá, me salió una bolita, me duele la pierna, tengo el testículo grande’, es muy importante para que el adolescente acuda”, añadió la doctora Malvaez.
El cáncer de testículo en infantes está altamente relacionado con la criptorquidia, que es el fracaso de uno o ambos testículos para descender en el escroto; en los niños más pequeños, suele acompañarse de hernia inguinal.
El diagnóstico se basa en el examen testicular, a veces seguido por laparoscopia para buscar testículos que no pueden palparse en el examen.