En Calimaya, Estado de México, los mariachis se han convertido en una de las principales actividades económicas y una tradición que da sonido y voz a un pueblo.
Desde hace poco más de medio siglo, se han dedicado a perfeccionar sus melodías para acompañar no sólo los buenos momentos, los festejos de la vida, sino también la muerte.
“A mí me gusta mucho tocar, interpretar, para la gente, que es lo más importante, que nosotros demos alegría a nuestro público”.
Es por ello que este día del Músico decidieron honrar a su santa patrona, Santa Cecilia, y honrar su vocación.
“Yo creo que para todos los que somos músicos es muy importante ya que es el festejo que le damos a la Virgen que nos representa como músicos”.
Tierra de mariachis
Son ya más de 40 las agrupaciones que emanan de este pequeño municipio Del Valle de Toluca que se ha posicionado a nivel nacional por la entrega con la que cada mariachi toca su instrumento y entona los clásicos.
Este miércoles, más de 150 mariachis llegaron a la Parroquia de San Pedro y San Pablo con sus imágenes de más de un metro adornadas con flores frescas. Llegaron tocando y cantando para escuchar misa y bendecir sus instrumentos.
Una vez concluida la homilía en honor a Santa Cecilia, dieron un recorrido por el centro de Calimaya para que la gente supiera y celebrara con ellos este Día del Músico.
La plegaria de este año fue que el talento no se desdibuje y que el trabajo siga fluyendo, pues apenas se levantan de la tragedia de la pandemia que les arrebató a siete compañeros y dejó a decenas con secuelas.