Desde que comienza a subir la temperatura, el olor cambia, pero ya no se percibe como hace unos años. Desde la carretera, de donde se podía observar la presa de Valle de Bravo, se puede constatar que su majestuosidad se ha visto reducida a una tercera parte de lo que era en 2020.
Sequía, contaminación, huachicoleo, concesiones privadas y fugas, son parte del problema que tiene contra las cuerdas a 21 millones de habitantes de las Zonas Metropolitanas de los Valles de México y Toluca, pero también a los de Valle de Bravo.
Conforme se avanza, se puede palpar la gravedad de lo que sucede con la presa Miguel Alemán, cuya primera vocación fue formar parte de la red hidroeléctrica del país. Después, en 1982, pasó a ser parte del Sistema Cutzamala y con ello, pieza clave en la distribución de agua en la región centro del país.
De este cuerpo de agua dependen pescadores, lancheros y millones de personas que abren el grifo en sus casas a más de 100 kilómetros de distancia. Pese a ello, las concesiones privadas, las extracciones ilegales y la descarga de aguas negras y grises, han alterado el equilibrio. Está a 32.8 por ciento de su capacidad y las predicciones señalan que en menos de 120 días, podría secarse.
Agoniza todo el ecosistema de la presa de Valle de Bravo
Todos los días, Azucena y José llegan a la presa Miguel Alemán a pescar, así lo han hecho en los últimos 20 años, pues los pescados que venden a los restaurantes de la zona son su principal fuente de ingresos.
Aunque, desde hace seis meses han notado, no solo una disminución sustanciosa de las poblaciones de lobina, mojarra criolla, mojarra tilapia y carpa; sino también que los olores fétidos derivados de la descarga de aguas negras, han aumentado.
“Ha bajado mucho la presa, más de 50 por ciento, el agua va en descenso cada día y, en algunos partes que hemos recorrido pescando, llega un aroma un poco desagradable. Las ventas también han disminuido mucho con respecto al lago que ha estado bajando mucho”.
La crisis, dijo, se agravó hace dos meses, que fue cuando la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), decidió reducir el suministro a las zonas abastecidas por el Sistema Cutzamala. Y es que el déficit del mismo es ya de 38.7 por ciento, de acuerdo con la dependencia federal.
Viven con terror por el Día Cero
Aunque con la falta de lluvias la presa ya había estado en niveles críticos, la realidad es que jamás imaginaron que les marcarían un “Día Cero”, estimado para el 26 de junio, y, mucho menos, que éste estuviera tan cercano. El sistema Cutzamala está en su nivel más bajo en 30 años.
“Si el lago se seca, todos vamos a sufrir las consecuencias, desde el comercio, el turismo y hasta los personas que vive en el Valle de México. Si esto termina, tendríamos que emigrar a buscar trabajo, lo hemos platicado, todos dependemos del lago”.
Ahora se camina, dijo Azucena, donde antes se nadaba. Cada día, nuevas grietas y el fondo que no esperaban conocer de este lago artificial, se revelan debido a la sobreexpplotación mientras los rayos del Sol que caen a plomo, sin dar tregua a los vecinos de la zona ni a los seres vivos que dependen de este ecosistema creado en 1947.
Para ello se inundaron 2 mil 900 hectáreas agrícolas, ahora 70 por ciento son tierra de nuevo. El panorama se agudiza con las cifras de la CONAGUA, de los 8 metros cúbicos por segundo que se entregan a la CDMX y al Edomex, 6.71 m3/s son extraídos de la presa Miguel Alemán.
La escasez de agua se refleja en toda la región
Pese a que viven en una zona donde los ríos abundaban, mismos que incluso abastecían a la presa de Valle de Bravo, en la región, las casas no cuentan con un suministro regular de agua potable.
“También estamos con escasez de agua, de hecho, en esta zona en la que estamos, nos tiene que abastecer una pipa y nos dura un mes el agua, es gratis, pero la traen de otras regiones”, señaló Azucena.
Pero esta problemática incentivó otra, el huachicoleo de la presa. En las orillas de este cuerpo de agua que solía atraer a millonarios por su clima templado, pues está rodeado de bosques, hay decenas de casas de un sector muy exclusivo. Tampoco tienen agua, mas sí los recursos para conectar una bomba directo a la presa y llevarla a sus casas. Antes lo hacían con la noche para evitar sancionados, ahora ya no importa si es de mañana o media tarde.
“No es sequía, es saqueo”
Sin embargo, no sólo se trata del huachicoleo directo. En las últimas dos décadas, vecinos de Valle de Bravo han denunciado que varios de los ríos que antes alimentaban la principal fuente de abastecimiento del Cutzamala, ahora llenan lagos privados construidos en especial en la zona de Avándaro, además de que los campos de golf de la región también han mermado la cantidad de agua disponible.
“Han llegado demasiadas personas a hacer lagos privados. Lo que es el Velo de Novia (cascada en Avándaro), está a punto de dejar de existir. Desgraciadamente no hemos hecho nada, han llegado muchos políticos a hacer sus casas de descanso y lo peor, las consecuencias no son para nuestros hijos, ya las estamos viviendo nosotros”.
A la fecha, se tienen contabilizados por parte de los pobladores y activistas que se han manifestado para exigir un freno a la sobreexplotación de la presa Miguel Alemán, quede 40 lagos que había en la zona, pasaron a 400 artificiales debido al interés del sector privado en mantener a Valle de Bravo como destino turístico y de descanso.
Además, de estos, señalaron, 292 son clandestinos y son utilizados para sustraer el agua de la presa de manera ilegal y después comercializarla. Entonces se unen bajo una sola acusación: No es sequía, es saqueo.
Están secos porque tampoco tienen dinero
No sólo se trata de la falta de agua y un panorama desolador en la materia, la sequía también es económica. Para Arturo, quien es lanchero, su negocio es el entretenimiento acuático, pero el turismo ha bajado 50% y no tiene fecha de reponerse. Si el lago se seca, Valle de Bravo quedaría, dijo, sólo como un recuerdo y un municipio lleno de desempleo.
“Ya la gente no viene como antes, nuestras esperanzas están puestas en la Semana Santa, si esto no mejora, habrá que irse a vivir a otro año. Ya todo es incierto”, añadió el joven lanchero.
Pláticas con la CONAGUA para rescatar la presa de Valle de Bravo
Desde octubre del año pasado, activistas y vecinos de Valle de Bravo se han manifestado tanto en el municipio mexiquense como en las instalaciones de la CONAGUA en Ciudad de México para exigir que se tomen cartas en el asunto. El saqueo del agua, no sólo de Valle de Bravo sino de toda la cuenca y la de Villa Victoria, han dejado secos a millones.
De no cambiar la forma de consumo, de no arreglarse las fugas en las que se pierde 40 por ciento del líquido, de no cerrarse la llave a las concesiones privadas y clausurar las clandestinas, dijeron, el Día Cero no significará sólo perder dos presas, sino una sequía indeterminada para más de 21 millones de mexicanos.
Para abordar la problemática se han establecido mesas de trabajo con la CONAGUA, aunque los planes de acción son a mediano y largo plazo. Esto pese a que, hasta este 26 de febrero, quedan apenas 119 días para llegar al previsible fin del Sistema Cutzamala.