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De Almoloya de Juárez para el mundo: Autobuses montables de juguete

La vida de Austreberto era en la carretera, solía conducir taxis y camiones, pero un día decidió dejar su volante para hacer unos miniatura. Un regalo de Día de Reyes para su hijo se convirtió en su oficio, ahora crea autobuses montables en su casa.

Impulsados por una batería, con espejos retrovisores, faros y hasta un estéreo, los camiones de Austreberto son un tributo a su legado familiar como operadores, a la imaginación de su hijo, quien lo inspiró a crear el primero hace seis años y tres años más tarde, dedicarse de lleno a la construcción de estos autobuses montables que soportan hasta 80 kilos de peso.

“La idea nació por darle un detalle a mi hijo de Día de Reyes y empezamos a fabricar uno a partir de puras cosas recicladas, partes de televisión, dvd, láminas de acrílico; es, a partir de eso, que se empieza a construir la primera unidad”.

Los construye desde cero

Cuando consigue los fierros y la batería, comienza a darles forma. Son de metal así que, asegura, duran muchos años. El primero que hice continúa intacto, apilado con otros que le han dio pidiendo o bien, conducido por sus hijos.

Mientras trabaja, el mayor de sus pequeños, Daniel, juega. “Como camionero que soy, trabajo en la carretera…” suena en el estéreo de uno de los autobuses.

Lo único que no hace en su casa son los rótulos, de ahí en fuera, todo el ensamblaje lo realiza en el patio, donde improvisó un pequeño taller. Ahora es su sustento.

“Cada autobús tiene su esencia, cada autobús se fabrica a partir de una estructura de fierro, desde ceros, se lamina, y pues la experiencia ha sido que le hemos regalado mucha alegría a muchos niños, tanto de México como de Estados Unidos y algunos que se han ido a la parte de Europa”.

Autobuses montables al gusto

De pasajeros, gruperos, de equipos de fútbol, clásicos, incluso con rótulos que indican la ruta. En cada detalle, el artesano sabe que “está el Diablo”, así que se esmera para crear estas réplicas, al menos en lo que refiere a la carrocería.

“Me inspiran los niños, me inspiran mis hijos, es lo que nos hace que cada carro sea único en su tipo, a veces por fuera los vez que son iguales, pero no, cada carro es diferente, cada carro se hace de manera artesanal, no tengo moldes para hacer las partes”.

Orgullo y herencia familiar

Sus clientes lo contactan por redes sociales y le dan las especificaciones de la unidad que necesitan para los y las niñas. En especial le compran las unidades en Texas, pero las manda a toda la República y hasta a otros continentes.

Pero quienes disfrutan más del talento son sus pequeños, quienes sueñan con conducir un autobús real.

Para José Luis, quien inspiró la creación de este juguete que se puede comprar desde los 11 mil 500 pesos, son un sueño, pues él quiere ser operador de autobuses como su papá y su abuelo.

“Para mí significa que, por ejemplo, cada niño que desea manejar un camión o desea ser camionero, puede cumplir su sueño con uno de estos camioncitos”.

En su pequeño taller ubicado en Almoloya de Juárez, Austreberto encontró la forma de honrar el oficio de su familia, perpetuar los modelos clásicos y reafirmó que si se sueña, se puede crear, aunque de inicio se haga con materiales reciclados.

 

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