Cuando Juan Gabriel se quedó sin trabajo durante la pandemia de covid-19, emprender fue su opción. Había escuchado hablar de las kokedamas, así que decidió aprender, hacerlas navideñas y venderlas.
Pero no todo fue sencillo, enfrentarse a los cambios, apostar por un giro de 180º y mantener a una familia en el proceso, significó fortaleza y muchos momentos de flaqueza.
Del negocio sabía poco, pero sus ganas de reencarrilar su vida financiera le permitió mantenerse firme a lo largo de un año sin ingresos.
“Empezó a raíz de yo tuve una etapa difícil en mi vida y pues obviamente buscas que hacer, entonces yo emprendí. Tomé un curso que tuve que pagar durante un año y, entre prueba y error estuvimos tratando varias plantas, no nada más las nochebuenas”.
¿Qué es una kokedama navideña?
Kokedama en es español significa, literalmente, bola de musgo, así que se trata de una técnica japonesa que busca recrear un hábitat natural mediante una maceta viva permite llevar un poco de naturaleza a hogares y jardines de forma ecológica y decorativa.
Es navideña porque se mezcla perfecto con la flor de nochebuena que es mexicana y se ha convertido en un símbolo de las fiestas decembrinas.
Flores mexiquenses que florecen cada año
Su invernadero está ubicado en Temoaya, donde comenzó a experimentar con la técnica de kokedama hasta perfeccionarla y poder innovar con distintos tipos de flores, como las navideñas.
“En este año implementamos más lo que son las nochebuenas. La
Nochebuena se puso a prueba para ver la durabilidad de la planta y también poder renovar cada año; sin embargo pues sí tuvimos la satisfactoria duración de la planta”.
El éxito de sus flores es que, con los cuidados correctos, florecen cada año, por lo que considera que son una inversión para quienes no tienen el tiempo suficiente para darles mantenimiento.
Resiliencia, el secreto para emprender
Juan Gabriel ahora reconoce el haber perdido su empleo formal como una oportunidad de crecimiento y para que su familias floreciera con un negocio que va enraizándose.
Por ello cada jueves va al mercado de Villa Cuauhtémoc a vender sus flores, mismas que crea con agradecimiento a la naturaleza por permitirle pasar de ser laboratorista a un emprendedor verde que además, regresa a través de reforestaciones lo que la tierra le da para sostener a su familia.
Actualmente hasta seis de cada 10 empleos en el Estado de México son informales, fenómeno que incrementó durante la pandemia de covid-19 en 2020.