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Martha, la fe en la Virgen de Guadalupe que se borda entre rejas

En el Centro de Prevención y Readaptación Social de Almoloya de Juárez, mejor conocido como Santiaguito, Martha ha encontrado en el bordado algo más que una actividad para ocupar su tiempo: una conexión con su madre, su hogar y su fe en la Virgen de Guadalupe.

Privada de la libertad desde hace 24 años por el delito de secuestro, esta mujer originaria de una comunidad indígena en Oaxaca ha convertido las artesanías en su refugio y en una forma de autoempleo que le permite sostenerse a sí misma y apoyar a su hijo.

Martha, la fe en la Virgen de Guadalupe que se borda entre rejas
Taller de Costura en el penal de Santiaguito, Estado de México. Fotos: FactorMx

Bordar para no caer; la esperanza en la Virgen de Guadalupe

Martha aprendió a bordar desde niña, enseñada por su madre. Hoy, esa habilidad se ha transformado en una herramienta para sobrellevar la vida en reclusión.

“Es un poquito de libertad porque se borra el entorno y te centras en cosas sociales. Aquí tienes que mantener tu mente ocupada para no pensar en que estás privada de tu libertad”, comparte.

Además del bordado, Martha ha aprendido otras técnicas como el repujado y el tejido, habilidades que no solo la ayudan a solventar sus gastos, sino que le brindan una forma de conectar con su pasado.

“Cada vez que bordo, me acuerdo de mi mamá. Soy la mujer que soy gracias a ella”, expresa con emoción.

La Virgen de Guadalupe como símbolo de resistencia

En su taller, Martha dedica largas horas a bordar imágenes de la Virgen de Guadalupe, un símbolo que describe como su refugio espiritual.

Martha, la fe en la Virgen de Guadalupe que se borda entre rejas
Bordado de la Virgen de Guadalupe, realizado por Martha.

“Es mi fe la que me mantiene de pie. La emoción que siento cada vez que bordo es tener viva mi fe. Para mí, ella es como una madre que me cuida y protege desde este lugar”, dice, refiriéndose a su reclusión en Santiaguito.

Las imágenes de la Virgen, junto con otras artesanías, forman parte del tianguis que se organiza casi a diario en la explanada central del área varonil del penal. Aquí, las personas privadas de la libertad exponen y venden sus productos, lo que les permite generar ingresos y mostrar al exterior su talento y dedicación.

Autoempleo detrás de los muros

El tianguis es solo una de las iniciativas que promueve el penal de Santiaguito para fomentar el autoempleo entre las personas privadas de la libertad. Según Minerva de la Cruz, encargada de Servicios en el penal, cerca de mil 900 internos, tanto hombres como mujeres, participan en esta actividad.

“Es un orgullo poder promover sus trabajos. Se hacen exposiciones en el ISSSTE, el Poder Judicial e incluso en secretarías e inmuebles particulares”, explica.

Entre las artesanías que se ofrecen, se encuentran productos de filigrana, cristal, bisutería y bordados, todos hechos a mano con técnicas que demuestran profesionalismo y cuidado. Además, los clientes pueden realizar pedidos personalizados comunicándose directamente con Minerva de la Cruz al número 7224105579.

Mil 900 personas privadas de la libertad en el penal de Santiaguito se dedican a la venta de artesanías

El equilibrio entre la rutina y el arte

La vida en Santiaguito implica cumplir con una estricta rutina que incluye actividades como limpiar espacios, asistir a clases y participar en talleres. A pesar de ello, Martha ha aprendido a equilibrar sus obligaciones con su pasión por el bordado.

“Organizo mis horarios para dedicar tiempo al taller de costura. Los fines de semana limpio mi cama, la estancia, y mantengo todo en orden porque aquí vivimos y tenemos que cuidar nuestro espacio”, detalla.

Sin embargo, el trabajo no siempre es constante. “Nos autoempleamos con las compañeras. Algunas nos piden arreglar o coser cosas. Lo que gano lo uso para mis gastos y una parte la mando a mi hijo, que tiene 14 años y está con su papá”, comenta.

Con 41 años de sentencia, Martha está en busca de un beneficio legal que le permita recuperar su libertad antes de cumplir la sentencia completa.

“Espero que se me dé una oportunidad, no solo a mí, sino a muchas compañeras que estamos en la misma situación”.

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