Durante un año, Melissa, una pequeña de 12 años, sufrió el embate de la Enfermedad Renal Crónica, un padecimiento que revela que los riñones no funcionan de manera correcta. Para Mely significó dejar de crecer y estar en riesgo mortal hasta que recibió un trasplante.
Con las mejillas rosadas, como hace años no se le veían, la estudiante reconoció que, después de haber estado intubada y lidiar con una enfermedad paralela, el lupus, hoy sonríe.
“Ha sido bonito ya no estar en el hospital, bueno, sí vengo, pero ya no vengo seguido y es algo bonito porque ya no estoy conectada a una máquina”.
Mely llegó al Hospital para el Niño de Toluca en etapa cuatro de la ERC, por lo que su mamá le dio, por segunda vez, vida, ya que le donó uno de sus riñones.
“Fueron muchos estudios y todo, pero al final de cuentas, todo salió excelente, el trasplante fue éxito. Mely ha cambiado mucho, el tono de piel, ella tenía una mal genio, ahorita ya no, es una niña normal porque ya sonríe, ya puede hacer muchas cosas”, comentó Jessica, madre de la paciente.
Sin censo de pacientes por Enfermedad Renal Crónica
México ocupa el tercer lugar del mundo en incidencia de Enfermedad Renal Crónica, aunque no se cuenta con estadísticas certeras toda vez que no hay un censo nacional.
Esto porque la ERC en etapa temprana no registra síntoma alguno, pero conforme avanza en estadíos más avanzados aumentan los riesgos de complicaciones vasculares y lleva a perder la vida.
Y así fue para Melissa. La enfermedad fue silenciosa hasta que estaba en etapa cuatro.
“¿Por qué la traje al hospital? Porque traía vómito y diarrea, y fue cuando la intubaron, estuvo intubada ocho días porque no sabían el diagnóstico. Era una niña sana, pero llegando aquí no, era una enfermedad y yo no me había dado cuenta. Resulta que ocho días antes le había hecho estudios y no salió que tuviera alguna enfermedad”.
Además de la ERC, la vida de Melissa estaba en riesgo por una crisis de lupus, que es una enfermedad crónica autoinmune que puede afectar prácticamente a cualquier parte del cuerpo.
En las personas con Lupus, el sistema inmunitario del cuerpo, el cual está diseñado para combatir las sustancias ajenas al organismo, se vuelve hiperactivo, formando anticuerpos que atacan a los tejidos y a órganos sanos, incluyendo la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro, el corazón, los pulmones y la sangre.
En el caso de Melissa, debieron esperar a que estuviera en remisión de Lupus, ya que no tiene cura, para considerarla como candidata a trasplante.
Sin apoyo para Nefrología
Por si fuera poco, no hay fundaciones que ayuden activamente a los infantes con enfermedad renal crónica y a sus familias a enfrentar los gastos.
Así lo lamentó Jaqueline Rivera Corona, psicóloga en el área de Nefrología, en el Hospital para el Niño del Estado de México, al lamentar que las familias y pacientes no sólo sobrellevan el diagnóstico, sino todas las implicaciones económicas que éste genera.
“La verdad es que hay pocas instancias que ven y voltean a ver este tipo de pacientes, nosotros como parte del equipo tenemos que buscar las mismas redes de apoyo y de darle continuidad a esto, pero sí, los pacientes por supuesto se sienten no tan vistos”.
Es por ello que en el Hospital para el Niño luchan para que los tratamientos sean accesibles para la población, en el caso de Melissa, el gasto fue de 100 mil pesos en un año, con todo y trasplante; mientras que en el sector privado se hubiese elevado a entre 800 mil y millón y medio de pesos.
Apuestan por trasplantes de riñón
En el Hospital para el Niño, ubicado en Toluca, actualmente se cuenta con un protocolo de trasplantes de pacientes vivos con el que se ha logrado salvar la vida de 19 menores.
Desde marzo de 2009 comenzaron con los casos de trasplante de riñón exitoso, incluso durante los tres años de la pandemia de covid-19, se lograron tres intervenciones quirúrgicas.
“Actualmente en el 2023 se lograron tres trasplantes”, explicó Marisela Díaz Martínez, integrante de la Coordinación de Donación de Órganos y Tejidos del Hospital. Uno de éstos fue el Melissa.
En septiembre de este año, Jessica, su mamá, logró darle vida por segunda vez tras ingresar al protocolo de trasplante de riñón.
Aunque no en todos los casos los familiares cercanos son compatibles con quien padece Enfermedad Renal Crónica, por lo que se exploran otras posibilidades.
“Actualmente estamos manejando lo que son donadores vivos relacionados, mamá, papá; cadavéricos aún no lo hemos implementado, pero sí está la propuesta, sí se está trabajando para que se logren eso esos tipos de trasplantes”.
Hoy Mely ríe, sueña con ser médica forense y crece, su madre le dio una segunda vida y en el Hospital para el Niño del Instituto Materno Infantil del Estado de México encontró las herramientas y el equipo para poder lograr la meta, dejar las hemodiálisis y poder crecer como una niña sana, manteniendo el lupus a raya con tratamiento y caminando para convertirse en médica forense.