Yuliana es una de las personas privadas de la libertad (PPLs) en el penal de Santiaguito en el Estado de México, llegó hace y en 2019 su hijo fue asesinado. Ella fue una de las 300 personas que participaron en este Centro de Prevención y Readaptación Social a colocar la ofrenda monumental, lo hizo para que el Cempasúchil le muestre a su hijo el camino de regreso a sus brazos.
En uno de los patios del penal, la ofrenda rompe la estampa fría de Santiaguito, sus colores vivos contrastan con los uniformes de los PPLs, de los custodios.
Mientras la explicación de la ofrenda, que participa en la séptima edición del Concurso de Ofrendas Penitenciarias, la daba una de sus compañeras, a Yuliana en llovió en los ojos, en el alma.
“Para mí significa mucho, a partir de hace cuatro años y medio que falleció mi hijo, se movió todo, vuelves a revivir esa parte y creo que de ahí agarras más cariño a hacer las cosas. A mi hijo lo mataron y fue muy duro, es una impotencia y es ahí cuando te das cuenta el qué es estar aquí, qué es la cárcel”.
Debido a que está sentenciada por el delito de robo de vehículo, lleva siete años dentro de los muros de Santiaguito, no pudo enterrar a su hijo, despedirse, llorarlo acompañada de su familia.
“Me quería disfrazar de la catrina con mariposa Monarca por el significado que tiene, es la de los difuntos, para hacer presente a mi hijo aquí”.
Sin licencia para despedirse
Pero Yuliana no es la única que sufrió la muerte de un ser querido compurgando una condena, Elia perdió a su padre hace seis años y no tuvo licencia para para despedirse.
A ella le tocó deshojar al cempasúchil, cada pétalo de esta flor de otoño indica el camino de los fieles difuntos y para ella así fue, pues con cada tono anaranjado que caía al piso, su padre se hizo presente.
“La verdad fue volver a recordar el estar cerca de casa, recordar a la familia, a las personas que ya no están”.
Ella llegó a Santiaguito por el delito de violación por equiparación hacer 17 años, le faltan cinco más para terminar su condena, pero a casi dos décadas de encierro, ha vivido sus pérdidas con un duelo amargo.
“Es muy difícil, es complicado porque quisieras salir corriendo para despedirte. Participé pensando en él porque en algún momento me hubiera gustado abrazarlo y decirle que lo quería, no se pudo. Son consecuencias de nuestros propios actos, muchas veces no estamos por el delito que se nos imputa, pero sí estamos por consecuencias de nuestros propios actos”.
Una ofrenda diferente
No se trataba de una ofrenda de Día de Muertos estrictamente convencional, durante un mes los PPLs de Santiaguito trabajaron en la elaboración de cartas monumentos de Lotería con la técnica de cartonería.
Además, colocaron una ofrenda prehispánica de nueve niveles que representan los niveles del inframundo mexica con platillos, postres, juegos y bebidas tradicionales.
Aunque las fotos que colocaron son de personajes famosos como Pedro Infante, María Félix, Capulina, Frida Kahlo, Cantinflas y El Santo, para los PPLs las imágenes no importaban tanto como la intención de amar, incluso, después de la muerte.
En el Concurso de Ofrendas Penitenciarias participaron 2 mil 800 PPLs de los 21 penales y el Centro de Internamiento para Adolescentes del Edomex, no ganan premios ni viajes, sino el reconocimiento y la oportunidad de trabajar más allá de la rutina en la cárcel, liberar la mente más allá de los muros, las torres de vigilancia que les recuerdan que los errores se pagan en vida.
Será este 2 de noviembre cuando se dé a conocer qué penal ganó el certamen.