Jorge Hernández
Toluca, Estado de México.- En 2018 la estructura política de Morena, la que tenía a su cargo la movilización de militantes, el cuidado de las urnas y, en suma, la operación electoral que llevaría a Andrés Manuel López Obrador al poder y al partido a controlar el Congreso local y una mayoría abrumadora de los 125 municipios del Estado de México, no tenía potencia.
Así que el propio AMLO comenzó una negociación con el líder del Grupo de Acción Política (GAP), Higinio Martínez, para que éste se hiciera cargo de la estructura. A cambio, Martínez pidió posiciones para sus propios candidatos, entre los que se encuentran aún militantes de PAN, del PRI y del PRD.
No todos estuvieron de acuerdo con esa decisión, pero Morena perdería las elecciones si no hacía ese cambalache. Así que fue aceptado. Quienes más se opusieron, pero sin fuerza, fueron los afines a Alejandro Encinas, sumados a los fundadores del partido, a los que se les llama “puros”.
Fueron varias las decepciones que debieron superar los morenistas, o más bien, fueron varias las imposiciones que se tragaron, entre ellas una sesión oficial que reventaron Delfina Gómez, José Ramón López Beltrán y el panista Juan Rodolfo Sánchez, para imponer como candidato a la alcaldía Toluca a este último.
Delfina y el hijo de AMLO simplemente les quitaron la voz y el voto a los morenistas de la capital para elegir a su aspirante, que se dirimía entre Félix Santana -hoy secretario técnico de la Comisión para la Verdad de Ayotzinapa- y Ricardo Moreno, quien terminó plegado al poder del hijo de AMLO.
La historia se repitió en 2021. La designación de los candidatos sería, de acuerdo con los estatutos de Morena, mediante encuestas. Pero no fue así. El dedo de Higinio Martínez y el silencio de AMLO intervinieron para cerrar el salón donde se llevaban a cabo los procesos.
Otra vez los fundadores de Morena vieron cómo les pasaron por encima. Y ahora, para los comicios donde participa Delfina Gómez, es lo mismo. La propuesta de que el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, fuera el candidato, no fue escuchada por AMLO, que ha apostado por la maestra, miembro además del grupo político de Higinio Martínez y de Horacio Duarte. Estos dos estarán en el primer gabinete de la maestra, uno de ellos como secretario general de Gobierno.
Los fundadores optaron por no movilizarse y no apoyar en las campañas, aunque dicen que votarán por Gómez, cuyo equipo de campaña afirma que la brecha entre ella y la priista Alejandra del Moral se ha cerrado hasta quedarse en cinco puntos, los cuales podrán incluso rebasarse si en el próximo debate -el 20 de mayo- la maestra no se muestra contundente.
Sin embargo, no debemos perder de vista lo sui géneris de las elecciones en México y de la política que se practica, embarrada de corrupción. Una entidad que tiene el 40 por ciento de abstención saldrá a votar el 4 de junio y ahí lo que pasará en realidad es que se enfrentará el voto duro de cada bloque.
Los ciudadanos no afiliados no votarán o lo harán apenas unos cuantos. Las denuncias acerca de que el gobernador mexiquense Alfredo del Mazo es el primer morenista de la entidad han cobrado fuerza ahora que Del Moral recorre la entidad, urgida de un cambio, pero no de suplentes, sino de sistema. Eso Morena no puede ofrecerlo y si gana lo único que hará será profundizar las crisis del Estado de México.
Sí, el de AMLO es un gobierno neoliberal. El de Delfina también lo será.