Los pétalos del cempasúchil recuerdan a las ánimas cómo regresar a casa; la esencia de la flor de otoño, la de los 20 pétalos, acompaña a las tradiciones de los otomíes y viste a los panteones de la zona norte de Toluca.
En la zona norte de la capital mexiquense, los Días de Muertos comienzan con el Día de San Miguel, el calendario inyectado en sincretismo revela que el arcángel habrá de acompañar a los infantes y a quienes murieron en accidentes a sus últimas moradas. Los defiende de los demonios que acechan sus almas.
“La tradición que nos dejaron mis padres es ahorita esperar a los niños, a los que se nos adelantaron, a nuestros hermanos, sobrinos, nietos, todos. Venir a dejar una flores y adornar las tumbas con la flor de cempasúchil”, comentó Guadalupe García, vecina de San Cristobal Huichochitlán.
Desde temprano los vecinos de San Andrés Cuexcontitlán, San Pablo Autopan y San Cristóbal llegan a los camposantos. Los últimos días de verano les regalan la comunión con los que se adelantaron.
Para Lázaro González, indigena otomí, aunque haya crisis económica, regala el esfuerzo porque cuando limpia una tumba y coloca un altar, siente que sus padres le acompañan pese a que tiene más de 20 años que murieron.
“Año con año vengo aquí a limpiar, es la costumbre que tenemos, a poner un manojo de flor. En la tardecita los vamos a esperar en la casa, ya les preparamos algo de comida, lo que Dios socorra, pero siempre algo de comida”.
Son tradiciones otomíes que regresan a la vida los camposantos desde septiembre y así han de mantenerse hasta que los fieles difuntos les visiten los primeros días de noviembre, cuando habrán de pasar la noche acompañando la última morada de quienes amaron en vida.
Miguel Ángel Hernández, integrante de la Mayordomía San Miguel Arcángel, explicó que es un día importante para las fiestas católicas, pues el Arcángel es el protector del mundo y con su espada protege a los feligreses de las tinieblas.
“Traemos la imagen de San Miguel Arcángel aquí al panteón porque recibe a los chicos de aquí de San Cristobal, es una tradición de años de nuestros antepasados, de nuestros abuelos, y nosotros seguimos la conservando. La Mayordomía de San Cristobal su trabajo es velar por las almas”.
Mientras unos limpian las tumbas, otros consiguen comida, lavan, colocan los pétalos de la flor que demuestra que el otoño en México está lleno de colores, sabores y texturas que permiten reconectar con los ancestros.
En los camposantos las pláticas se convierten en una alegoría de la cultura de los pueblos originarios donde el español y el otomí se mezclan, así como las tradiciones prehispánicas y la religión católica.