Para Francisco Ángeles Torres, la devoción a San Antonio Abad en Ocoyoacac se vive en grande. Este miércoles llegó con su gallo, al que llama Pepe, a la parroquia de la comunidad de Santa María, como lo ha hecho cada 17 de enero desde hace 60 años.
A la parroquia llegan cientos de personas con todo tipo de animales como gallos, tortugas, perros, borregos, puercos y gatos, entre otros.
San Antonio Abad es considerado como patrono de los animales, de los arrieros, de los sepultureros e incluso el protector de los pirotécnicos; por ello, cada 17 de enero se ofrecen misas en su honor y fiestas, pues le rezan con fe que los proteja de las plagas y enfermedades para que puedan seguir produciendo y generando ingresos a las familias de los devotos.
“Que San Antonio los bendiga, que sean libres de las plagas, de las pandemias que afectan a los animales”, así comienza la misa en El Barrio de Santa María, perteneciente al municipio de Ocoyoacac.
Festejan a San Antonio Abad en Ocoyoacac
Ahí, este miércoles se festejó a San Antonio Abad, patrono de los animales, de los arrieros, de los sepultureros e incluso el protector de los pirotécnicos.
Algunos fieles llegaron con sus imágenes para que el padre de la Capilla de San Antonio Abad las bendijera, otros más, decidieron cargar con sus animales de compañía y hasta con sus gallinas y caballos.
No sólo son fuente de cariño y protección, muchos de ellos son sustento de miles de familias.
“Es una cosa muy bonita, muy amigable. A mí me ha ido bien con mi gallo porque lo he traído aquí a bendecir”.
Piden por los animales y se comprometen a cuidarlos
La celebración religiosa fue por la tarde, a diferencia de otros años cuando la misa comenzaba a mediodía.
“Que San Antonio bendiga a los animales, para que no nos hagan daño ningún animal que comamos y también los animales que no comemos pero que son muy útiles en la vida del ser humano como son los equinos, todos son importantes y así también no nos comemos las mariposas y qué belleza nos presentan”, prosiguió el sacerdote.
La gente llega con sus animales porque son también fuente de ingreso y compañía, así que se comprometen a cuidarlos y sanarlos si se enferman, darles condiciones dignas para que su relación con sus animales florezca y sea beneficiosa para ambas partes.
“Si nosotros los cuidamos, ellos nos dan”.
Mientras uno regalaban cañas, otros bendecían a sus animales y a sus imágenes. La fe se tiene que practicar y hoy en Ocoyoacac, no fue la excepción.