La fuerza de sus piernas los mueve. No solo físicamente, sino también el alma. Son otomíes de Toluca norte que ven y viven su entorno en dos ruedas, pero no hay infraestructura para ello en sus comunidades. Además, quienes ya no tienen la energía para pedalear, caminan, por lo que quedan expuestos a calles sin banquetas ni guarniciones que los dejan a merced de los automotores.
Por ello impulsan la creación de al menos ocho ciclovías en avenidas clave que conectan los pueblos originarios de Toluca, donde las mujeres mueven la economía y la crianza, mientras los caminos que recorren a diario parecen ignorar su existencia.
La bicicleta no es solo un medio de transporte, sino un instrumento de vida y supervivencia. Sin embargo, cada trayecto es un desafío entre camiones, coches y la ausencia de espacios seguros.
Desde hace años, la movilidad en esta región ha sido relegada en la planificación urbana.
Las autoridades han priorizado la ampliación de avenidas y la fluidez vehicular, pero han dejado de lado a quienes dependen de la bicicleta o de sus propios pies para trasladarse.
Ahora, las comunidades otomíes han decidido alzar la voz para exigir un cambio estructural que garantice su seguridad y dignidad en las calles.
Las ciclovías que darían seguridad y conectividad a Toluca norte
Después de un estudio de campo y con base en las necesidades de movilidad de los pueblos originarios, la comunidad otomí ha identificado vialidades estratégicas donde es urgente la construcción de ciclovías bien estructuradas.
Entre ellas están Melchor Ocampo, Revolución, Manuel Buendía y Miguel Hidalgo, avenidas que atraviesan comunidades y que diariamente son utilizadas por ciclistas que hoy carecen de espacios seguros para transitar.
Melchor Ocampo es una de las arterias principales que conectan la zona norte con el centro de Toluca. A pesar de su alto tránsito, no cuenta con infraestructura adecuada para ciclistas, lo que los obliga a compartir carril con automovilistas y transporte público.
Revolución también es un corredor clave para trabajadores y estudiantes de la región, pero sin ciclovías la movilidad en bicicleta sigue siendo un riesgo constante.
En la misma situación se encuentra Manuel Buendía, que enlaza varias comunidades otomíes con áreas comerciales y educativas. La habilitación de un bicicarril aquí permitiría traslados más seguros y ordenados.
Miguel Hidalgo, otra de las vialidades identificadas como prioritarias, es un punto de conexión importante para la población que se transporta en dos ruedas, pero actualmente la falta de condiciones adecuadas pone en peligro su integridad.
La demanda de estas ciclovías no es un capricho, sino una necesidad que ha sido ignorada durante años.
La ausencia de infraestructura ciclista no solo impide la movilidad segura, sino que refuerza la marginación histórica de los pueblos originarios.
Para las comunidades otomíes, la bicicleta no es solo un medio de transporte, sino una herramienta de trabajo, educación y supervivencia. Sin caminos seguros, la vida de cientos de personas sigue en riesgo todos los días.
El foro por la movilidad indígena: la lucha de los pueblos de Toluca norte
Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades municipales y estatales, las comunidades otomíes, junto con colectivos ciclistas y defensores de la movilidad, organizaron el Foro por la Movilidad Indígena en la zona norte de Toluca.
En este encuentro se expusieron los riesgos a los que se enfrentan diariamente las personas que usan la bicicleta como principal medio de transporte y se presentaron los resultados del estudio de campo que fundamenta la necesidad de ciclovías en las avenidas clave.
Durante el foro, habitantes de diferentes pueblos originarios compartieron sus experiencias y dieron testimonio del peligro que implica circular sin infraestructura adecuada.
También se discutieron estrategias para presionar a las autoridades y exigir que la movilidad no motorizada sea una prioridad en la planeación urbana.
El llamado es claro: las comunidades otomíes de Toluca norte exigen justicia en movilidad. No piden obras monumentales ni proyectos que beneficien solo a unos cuantos. Piden caminos seguros, infraestructura digna y el derecho a moverse sin miedo.
