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Cerro de la Verónica: Se unen para preservar el bosque

Tras siete días de intensa labor, los brigadistas voluntarios lograron contener el incendio que consumía el Cerro de la Verónica, ubicado en la zona norte de Lerma.

José Cleto, uno de los voluntarios, junto a un grupo de vecinos de la región, ascendió por el único sendero accesible para vehículos, llevando consigo no solo personas, sino también suministros esenciales como alimentos, agua y esperanza.

Cerró de la Verónica tras incendios
Las comunidades de Lerma vigilan al Cerro de La Verónica. Fotos: FactorMx

Desafíos persisten después del incendio

A pesar de los esfuerzos conjuntos de voluntarios, brigadas de Probosque y CONAFOR, el incendio persiste, alimentado por las brasas que siguen ardiendo.

Cerró de la Verónica tras incendios

La comunidad, consciente de la importancia de preservar este santuario natural, ha decidido mantener una vigilancia constante en la zona, evitando el acceso de materiales inflamables que puedan desencadenar nuevos incendios.

“Estos son los daños causados por la inconsciencia y la necedad de algunas personas. El incendio empezó del lado de Tlalmimilolpan y se vino hacia Xochicuautla, llegaron los brigadistas voluntarios, los de Probosque y CONAFOR, pero nos damos cuenta que, con cualquier cosa, el fuego se expande, incluso brincó las brechas cortafuegos”, comentó Pepe Cleto.

Cerró de la Verónica tras incendios
Compromiso de restauración y protección futura

Una vez que el peligro haya pasado, planean llevar a cabo jornadas de reforestación para restaurar el bosque a su antigua gloria.

Sin embargo, exigen al Ayuntamiento de Lerma un mayor compromiso en la protección de este invaluable patrimonio natural, asegurando que el bosque otomí deje de ser considerado simplemente una atracción turística y reciba el cuidado y la atención que merece.

Protegerán el cerro de La Verónica

Las comunidades locales han establecido un acuerdo unánime: se prohibirá el acceso con cigarros, pirotecnia, vidrio o cualquier material que pueda desencadenar una deflagración en el área afectada por el incendio.

El temor radica en la posibilidad de que los recursos disponibles no sean suficientes para contener un nuevo brote de fuego.

Aunque muchos de los voluntarios no se conocen entre sí, la identificación visual se vuelve difícil debido a que todos llevan el rostro cubierto para evitar inhalar directamente el humo.

Sin embargo, este desafío no ha impedido que las comunidades se unan en solidaridad.

Guiados por este espíritu de colaboración, Pepe Cleto y sus vecinos coordinan sus esfuerzos a través de mensajes, asegurándose de subir y bajar juntos del área afectada, siguiendo el ejemplo de otras comunidades que también trabajan en conjunto para combatir el incendio.


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